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OK Dinastia Uni-Cap 04-Hakai, Amor y Destruccion

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O/K-Dinastía Uni es una serie original de Producciones Gran Torre, este Film es una producción diagonal de la serie en cuestión, se prohíbe su reproducción o uso por terceros salvo para material de Fan Fics, Fan Arts y Juegos de Rol.

Pd
Si alguien hace un Rol de esto que me avisen para entrar XD.

Capitulo 04
Hakai, Amor y Destrucción

Serie:Oguchi/Koguchi.
Género: Magia.
Fecha de inicio: 29/10/2013, 10:35 am.
Fecha de término: 30/10/2013, 4:35 pm.
Autora: Silvia Vega Gutiérrez, directora jefe de Producciones Gran Torre.

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Tadashi regreso a sus tierras días después, acompañado del clan al completo de los Yoko, debió ser una visión impactante verle por los caminos, a caballo, seguido por casi un centenar de zorros, su plan era dejarles como quien dice hospedados, preparar su expedición con Adroz para conocer al jefe Oni y por sobre todo eso ver en qué estado estaba Hikari, esperaba que ella saliera a recibirle pero no, quien estaba allí afuera era Shizen, cargando a la pequeña Rina en sus brazos.

-Recuerda nuestro acuerdo, Adroz, nada de travesuras.
-Como quieras-dijo transformándose-déjame saludar a la vieja, ¡Shizen, madre, que alegría…!
-Oh, cállate, charlatán.
-…verte otra vez… ¿Esa es mi hermanita, Rina?
-Tadashi-ella le paso de largo-te diría unas cuantas cosas sobre tu atrevimiento por traer a estas bestias hasta tu casa pero será para después, tu mujer te necesita.
-¿Le ocurrió algo a Hikari?
-Está en su cuarto, ve a verla tu mismo-dirigió una mirada fría a los Yoko-me ocupare de estos.

Corrió adentro y fue directo al cuarto, desde antes supo que algo estaba mal porque la puerta no estaba, simplemente no estaba, como si la hubieran sacado de sus goznes, se asomo y pudo ver que había muchas cosas rotas, algunos muebles y una mesa partida en dos, Hikari estaba de pie junto a la ventana y volteo al oírle, él trato de abrazarla.

-¡No!-se escapo por un lado-¡No te me acerques!
-¡Hikari!-se dio cuenta de que estaba desaliñada, más asustada de lo que nunca le había visto-por todos los cielos, ¿Qué tienes, que paso?
-Quédate ahí, no te quiero lastimar.
-¿Lastimarme tu?, no comprendo, ¿Quién hizo todo este daño?
-Fui…fui yo…-para probarlo tomo un pesado adorno de piedra y lo volvió añicos apretándolo entre sus manos, luego se echo a llorar.

Tadashi tuvo que esperar a que se calmara antes de obtener algunas respuestas, aparentemente al día siguiente de su partida y viéndose sola por primera vez en su cama de pareja, Hikari tuvo una pesadilla que no le dejo dormir, el susto fue que ese involuntario pataleo de los sueños le hizo despertar en una cama destrozada, de manera súbita había desarrollado un tremendo poder de destrucción, todo lo que pasaba por sus manos se quebraba, no podía ponerle el menor esfuerzo a nada sin causar un enorme daño y debido a eso se aisló, aterrorizada con la idea de hacerle daño a otros, Tadashi sintió su dolor y nuevamente trato de abrazarle.

-¡Aléjate!
-Olvídalo-fue firme, le tomo por los hombros y le rodeo con sus brazos-he descubierto que mi cuerpo no puede cortarse, creo que no se romperá tampoco, relájate, Hikari, no aguanto verte así.
-Tadashi, estoy muy asustada, no te vayas otra vez.
-Hallaremos una solución, todo va a estar bien.

Las circunstancias ameritaron un cambio drástico en sus planes, los siguientes seis meses apenas y se separo lo estrictamente necesario de Hikari, tras un cuidadoso análisis Shizen determino que la fuente de aquella fuerza avasalladora no era ella sino la criatura que estaba esperando, en consecuencia al dar a luz volvería a la normalidad, iba a tener que resistir; Tadashi le atendía en todo, le daba de comer, le ayudaba a vestirse y a asearse, se vio forzado a desarrollar paciencia, quizás el rasgo más débil de su carácter, apenas tuvo tiempo de disponer un lugar para los Yoko y asegurarles a todos que los podría controlar, solo Adroz le causaba molestias pues cada dos por tres le importunaba para recordarle sobre el viaje pendiente y su deseo de ir a conocer al Oni Sheng, un día fue demasiado lejos, le siguió hasta la puerta de su cuarto.

-¿Quieres dejarme en paz?-Hikari les escucho desde adentro-Por milésima vez, no sé cuando podamos ir, quizás tenga que esperar a que mi hijo nazca, tal vez más, te agradecería me comprendieras.
-No, si te comprendo a la perfección, estas que te lleva la trampa, demasiado estrés, si te digo que nos vayamos es en parte porque se nota que te falta el aire.
-¿El que se anda con rodeos no era yo?
-Mira, amigo, ¿Quieres saber qué es lo que creo?, creo que te estás ahogando de frustración por no poder hacer lo que el Dragón quiere que hagas, no es como si tu esposa o alguien entendiera lo apremiante que es, sabes que te verías como un lunático si la dejaras un solo día para cumplir, ¿entonces?, nada, te quedas esperando a que mejore el panorama, y yo me pregunto, ¿Cuánto crees que se tarde eso?, porque a semejante ritmo te vas a enfermar.
-¿Ya terminaste?-breve silencio-maldita sea, es verdad, cada palabra es verdad…
-¿Qué haremos entonces?
-No sé qué harás tú pero yo tengo que llevarle su cena a Hikari, supongo que me acostare de una vez.
-Mañana voy a insistir…
-Vete de aquí, Adroz, ya tuve bastante.

Ella escucho pasos que se alejaban, como estaba acostada fingió que aun dormía y abrió perezosamente los ojos cuando Tadashi entro, cargando una pequeña bandeja.

-Sopa de miso-anuncio-espero tengas apetito.
-Un poco, estaba reposando.
-Madre dice que estás en tu octavo mes-puso la bandeja sobre el piso, debía darle la sopa por cucharadas-es normal que estés agotada, a ver, abre la boca.

Dejo que le diera de comer y aprovecho para mirarlo, ella había logrado recuperar su buena apariencia gracias a los cuidados pero ahora era Tadashi quien se veía mal, hasta su piel de sombras tenía un tono algo gris, como si estuviera pálido, y pensar en cuanto se estaba sacrificando solo para no molestarle, cierto, ella no podía entender el asunto del “dragón”, menos desde que empezara a llamarle así, pero podía darse cuenta de cuánto le importaba y su entrega le conmovía.

-¿Estás bien?-pregunto él, a Hikari se le había escapado una lagrima.
-Son solo los nervios…
-Permíteme-limpio su lagrima con un pañuelo-no tienes de que preocuparte, aquí voy a estar.
-Sé que me acompañaras cuando nazca el bebe pero…no necesitas estar conmigo todo el tiempo-se animo a posar su mano sobre la de él-ve, Tadashi, cumple con tu destino.

Lo primero que pensó el Uni fue en enfadarse, pues adivino rápidamente que ella había oído su discusión con Adroz y la lastima le impulsaba, le bastaron unos segundos para descartar lo de la lástima, simplemente ella le amaba, alabado fuera el dragón que le puso en su camino.


Le tomo un par de días prepararse, asegurarse de que Hikari estaría bien cuidada y repetirle a todo el mundo que regresaría a tiempo así tuviera que pelearse con el mismísimo Dragón antes de finalmente tomar su caballo y partir en compañía de Adroz; los Oni, tal y como dijera Adroz, eran una raza más bien dispersa y solitaria, su líder era un Tal Sheng, tenía una camarilla a su servicio y era cuanto sabían sobre él, para tener alguna ventaja Tadashi portaba varios brotes de plantas en saquitos, según su compañero una demostración de magia era cuanto necesitaba con ellos para darse a valer.

Vieron al primero de ellos a la semana de partir, en su calidad de Yoko fue Adroz quien se presento, Tadashi le vio hablar con el gigante de piel azul durante al menos media hora antes de que regresara, su aspecto era de contrariedad.

-¿Qué te dijo?, ¿Nos llevara con Sheng?
-Sí, si nos va a llevar.
-Esas son esplendidas noticias, ¿Por qué traes esa cara?
-Es cuando le pregunte me dijo que no era Sheng-se rasco la cabeza-es Lady Sheng.
-¿Lady?-francamente era inesperado-¿Ósea que es una mujer?
-Más le vale, aunque yo me siento timado.
-¿Ya no le pedirás combatir?, sigue tratándose de un Oni.
-No es lo mismo, créeme-por alguna razón se estremeció-para mí no puede ser lo mismo.

El Oni azul les condujo hasta una hondonada con varias cuevas, ambos exploradores no tardaron en notar que por allí pasaba algo raro, el sitio parecía un campamento militar, seis o siete Oni de diversos tamaños y colores se entrenaban, afilaban espadas, uno cuidaba de dos grandes jabalíes asándose al fuego, todos dejaron lo que hacían para mirar a los recién llegados.

-Quédense aquí-gruño su guía-Lady Sheng les recibirá.
-No se puede decir que les falta musculo-comento Adroz, más interesado en los que entrenaban-quizás esto no sea una pérdida de tiempo.
-Yo solo pido que termine bien y rápido.
-¡Ejem!-el azul volvió-¡Presentando a Lady Sheng!

Tadashi tuvo que reconocer después que no era la idea que tenia de un Oni, ni siquiera podría estar cerca de la idea de su madre, lo que salió de la cueva fue una dama monumental, un cuerpo de gladiador anaranjado increíblemente femenino y torneado, metido en un ajustado vestido de seda con un dragón bordado, su largo cabello era una cortina rojinegra que se echo elegantemente para atrás antes de mirarlos.

-¿Y bien?-dijo-¿Dónde está ese mago?
-¿Mago?-Tadashi dio un respingo-¡Ah, sí, soy yo!

Busco en su alforja una bolsa de las que había preparado, le indico sostenerla entre sus manos y tocándola le hizo crecer, broto un bello crisantemo anaranjado, el resto de los Oni se reunieron a mirar y nadie se fijo en que Adroz regresaba a su forma de zorro y se ocultaba tras el caballo.

-¡Oh, que hermosa magia!, ¡Más, muéstrame más!
-Lo hare, Lady Sheng, si me promete una audiencia para tratar un asunto que le puede interesar.
-¿Le pones condiciones a Lady Sheng?-se aparto, altiva-que atrevimiento.

Dos Oni le agarraron antes que pudiera comprender que pasaba, creyó que iban a darle una tunda cuando Adroz aulló y, claro, todos le miraron; el cambio en Lady Sheng fue asombroso, lanzo un grito y corrió a atraparlo, Adroz se le escapo, le tomo un poco a Tadashi comprender que estaban jugando, Sheng reía como una niña y los otros Oni le animaban, gritaron “¡Hurra!” cuando capturo a su presa y la alzo en brazos sin dejar de reír.

-¡Vamos, señor Yoko, déjese ver!-así lo hizo-¡Ja!, ¿Qué le paso a tu ojo, eh?
-Yo podría preguntar lo mismo sobre mucho de ti, ¿Me bajas?
-¡Un momento!-exclamo Tadashi, aun sujeto-¿Se conocen?
-Que si la conozco-se sacudió algo de polvo-claro que si, aunque no la había visto desde que era una chiquilla escuálida con aires de princesa.
-La gente cambia, mi querido Adroz, el truco es conservar lo esencial-palmeo y Tadashi fue liberado-¡Vamos!, celebremos este reencuentro y usted, señor mago, podrá contarme su asunto mientras rememoro viejos tiempos.

Aquella noche, mientras comían cerdo asado y frutas de un durazno que Tadashi hizo crecer, todos escucharon, algunos por primera vez, la historia de Lady Sheng.


Su madre había muerto al darle a luz y su padre, mortalmente herido en una batalla, no tuvo más opción que abandonarla dejándola frente a la puerta de una casona aislada, albergando probablemente la esperanza de que la gente adinerada que viviera allí aceptara la excentricidad de quedarse una cría de Oni, aunque fuera como mascota.

Lo que nunca supo ni se le ocurrió fue que había ido a dejar a su hija en una Okiya, una casa tradicional para Geishas donde no solo le recibieron sino que le acoplaron como a una más, la dueña de la casa presumía de convertir a cualquier mujer en una perfecta dama, una diva de las artes para cualquier reunión o evento social, ¿Qué mejor manera de demostrarlo que poniendo todo su talento sobre una Oni?; fue así como Sheng fue sumergida en una educación estricta y muy especificada desde corta edad, se le enseño a tocar diversos instrumentos, a bailar, a efectuar de memoria la ceremonia del té, ha hacer arreglos florares y hablar de poesía y literatura con los visitantes, tal fue la habilidad que demostró que empezó ella misma a educar a otras geishas,  sus jóvenes aprendices le apodaron “Lady Sheng”, nombre que llevaría con orgullo el resto de su vida.

Y esa pudo ser toda su vida hasta la noche en que, como diría Adroz, el dragón la atrapo, la Okiya se incendio, quizás por una vela caída, eso jamás lo sabría, recordaba a ver despertado al ver un resplandor y era que su puerta estaba cubierta de flamas, solo su físico sobrenatural, hecho para resistir al calor, le permitió escapar y sobrevivir pero nadie más lo hizo a pesar de sus esfuerzos, era débil después de todo, se crio para entretener a la gente, no para protegerla, con las primeras luces del alba se encontró sentada en medio de las ruinas de su hogar.

Sola y desamparada tomo lo que pudo y empezó a vagar, tenia dieciséis años y nadie le había dicho que en el mundo real le verían como a una bestia, que no pertenecía al género humano y que nada de lo que le habían enseñado podría servirle en realidad, le pareció que se la había vivido en medio de una tremenda farsa; afortunadamente poco después se topo con Adroz, en aquel entonces un Yoko joven, de apenas tres colas, aventurero y emprendedor, dio con ella literalmente en una zanja, le saco a como pudo y la cuido, le ayudo a recuperar fuerzas, se hizo su amigo y finalmente la condujo con los de su raza, probablemente sin su apoyo jamás habría aguantado la transición pero como suele suceder sus caminos se separaron y ya no supieron del otro más.

Para ella la vida continuo, su amigo le había dejado con el grupo del jefe y este quedo automáticamente prendado de su belleza y gracia inusual, ahora resultaba que su aprendizaje si le servía de algo, pues no, Sheng había decidido que si le tocaba interpretar un rol en la vida no sería el de una chica frágil y menos el de un adorno, anhelaba ser bella pero también poderosa y siguiendo la frase de su maestra de “Si se quiere se puede” se puso en acción, se entreno, se fortaleció, en pocos años alcanzo el tamaño que uno de su raza debía tener y al ver que nada le quitaba su belleza brutal el jefe perdió la chaveta por ella y prácticamente le suplico que fuera su mujer, ella acepto bajo dos condiciones, que de allí en adelante se refirieran a ella como “Lady Sheng” y que él día en que le retara por el titulo de jefe Oni aceptaría sin la menor objeción.


-Y fue justo lo que paso-concluyo-hace unos cinco años le rete y gane.
-¿Y dónde está ahora?-pregunto Adroz.
-Pues…lo cierto es que le di tan duro que murió a los dos días…

El único que no se rio de eso fue Tadashi, que como siempre se sentía fuera de sitio y no dejaba de pensar en Hikari, Adroz lo entendió y dando una muestra de verdadera amistad intercedió por él ante Sheng; para los Oni los términos de la alianza eran lo mismo, tendrían su propio territorio continuo a los predios de Tadashi, se les aseguraría alimento y cobijo, a cambio solo se les pedía ser pacíficos con los seres humanos y estar disponibles si se les llegaba a necesitar, ella no parecía del todo segura asique Adroz sugirió que colocaran sus nuevas tierras junto a las de los Yoko, así se podrían ver continuamente, sería bueno ya que se llevaban muy bien.

-¿Ponerlos juntos?-recordó su sueño, se suponía que los Yoko y los Oni también se aliarían, pero por separado y no había adivinado lo que podía ocasionar eso.
-Eso me gustaría-dijo Sheng-hay mucho tiempo que tenemos que reponer, ¿aun te gusta pelear con quien se te ponga en frente?
-Olvídalo, no pelearía contigo aunque me pagasen-rio-no tengo el menor chance, ¿Qué dices, Tadashi?, si lo resolvemos ahora podremos estar de vuelta en tu casa para que recibas a tu bebe.

No tenía ningún sentido discutir, todo lo que veía era la prueba de que el dragón siempre cumplía con sus objetivos, ahora él tenía que terminar de cumplir los suyos; Salió en su caballo al amanecer, Adroz había decidido quedarse para ayudar a Sheng a juntar a cuantos Oni pudieran y llevarlos a su nuevo hogar, cabalgo sin cansancio por cinco días y llego durante la tarde, aparte de un ayudante de cuadras que vino por su caballo no le esperaba nadie, no era que se debiera, llegaba adelantado, pero no le dio buena espina, aun agitado por la larga carrera se precipito al cuarto, le habían puesto puerta nueva y creyó escuchar a Hikari canturreando, la abrió muy despacio, pensando en darle una sorpresa y entonces se fijo que estaba acompañada.

-¡No!

Seguramente no fue la reacción más apropiada, Hikari dio un brinco y el bebe se echo a llorar, ella tuvo que calmarlo antes de atenderle, tuvo que hacer un sobrehumano esfuerzo para no reírse de su penosa actitud.

-¡No, no, no!, ¡No es posible que llegara tarde!
-Está bien, se adelanto pero está muy sano.
-Yo también me adelante, casi mate al caballo para llegar, se, ¡Se suponía que iba a estar a tu lado!
-No estoy enfadada, no podías saberlo.
-Muy bonito, ¿verdad?-estaba frustrado-el viejo dragón me muestra lo que pasara en años, con la misma pudo aclararme cuando nacería mi hijo, no habría salido de aquí nunca de a verlo sabido.
-Ese dragón tuyo debe tener un vil sentido del humor, ahora, ¿te parece si dejas de llorar y vienes a conocer a tu hijo?

Aun levemente decaído se sentó a su lado y se fijo en el pequeño envuelto en mantas, una diminuta criatura de aspecto sombrío, un Uni en cualquier sentido, incluso tenia las marcas en sus ojos, los cuales eran de un rojo cristalino, muy brillante, Hikari se lo paso para que le cargara y su corazón se lleno de emoción.

-Mi hijo…nuestro hijo…Hikari, ojala hubiera estado contigo.
-¿Te digo algo?-se le recostó-prefiero que solo estuvieras en espíritu, entre tu madre y mi abuela eso fue un caos, creo que te habrías desmayado.
-Jejeje…míralo, es tan chiquito-se acordó de algo-¿Qué paso con…?
-¿Mi fuerza sobrehumana?, se fue, tal y como Shizen dijo que pasaría.
-¿Y él…?
-Lo ignoro, a mi me parece la cosa más frágil y tierna del mundo.
-Habrá que esperar-se revolvió en sus brazos y empezó a llorar-¿Qué hice?
-Tiene sueño, dámelo-se lo paso-mi niñito, solo yo le calmo, ¿Cómo quieres llamarlo?
-¿Quieres que yo lo nombre?
-Claro, ya que no lo viste nacer.
-Lo que nunca fue mi intención-le hizo ver, lo pensó un momento antes de decir-Hakai, hay que llamarlo Hakai.
-¿Es una broma, verdad?
-Oye, tú me dejaste nombrarlo, creo que le va.
-Mh…bueno, pero al segundo yo lo voy nombrar y te conformaras con lo que elija.
-Es una promesa.

Días después, cuando los Oni llegaron, se invito a los Yoko, a los Zenko, a los pobladores y se hizo una gran fiesta para celebrar el nacimiento de Hakai, la palabra significaba “Destrucción”, una alusión al poder que tenia, la mayoría podía considerarle un mal presagio pero para Tadashi todo era parte del plan del Dragón, un plan que a pesar de las trastadas que le hiciera seguía dispuesto a seguir.
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