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OK Dinastia Uni-Cap 15-El Camino al Ser p.2

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O/K-Dinastía Uni es una serie original de Producciones Gran Torre, este Film es una producción diagonal de la serie en cuestión, se prohíbe su reproducción o uso por terceros salvo para material de Fan Fics, Fan Arts y Juegos de Rol.

Pd
Si alguien hace un Rol de esto que me avisen para entrar XD.

Capitulo 15
El Camino al Ser
(Segunda Parte)

Serie: Oguchi/Koguchi.
Género: Magia.
Fecha de inicio: 23/11/2013, 3:48 pm.
Fecha de término: 24/11/2013, 3:57 pm.
Autora: Silvia Vega Gutiérrez, directora jefe de Producciones Gran Torre.

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Asique Kouro se quedo, a la mañana siguiente de atrapar al dragón, a quien por cierto nombro Kasai, fue despertado por el potente repicar de la campana, guiarse por el sonido era absurdo pues parecía venir de todas partes pero desde el patio pudo darse una idea de por dónde estaba y la encontró, una gigantesca campana de metal solido a la que hacía sonar golpeándola con el tronco entero de un árbol.

Saciada su curiosidad fue a hablar con el maestro Wu, le diría que había decidido quedarse algún tiempo y que aceptaba su ofrecimiento de enseñarle a conjurar su propio Tulpa.

-Si de verdad quieres hacerlo te enseñare, pero recuerda, tienes que trabaja duro, solo con paciencia y disciplina hallaras el camino a tu verdadero ser.
-Tampoco espero tanto-buscaba aligerar el ambiente-estoy bastante cómodo con lo que conozco de mi.
-Te felicito-dijo paternal-pocos conllevan con tanta facilidad tener una predisposición a la locura, tu aura purpura puede seguir creciendo en paz.

Le miro boquiabierto, ya sospechaba que los ojos ciegos del maestro Wu verían algo en particular pero que ese algo fueran las auras era lo último que hubiera podido esperar, y no solo las veía sino que las conocía bastante bien, por fin hubo un nombre para la excéntrica aura de Kouro, Locura, y otro para su opuesto ondulado, apatía; antes de que pudiera objetar que su carácter era sensible más no inestable el maestro Wu le hizo ver el mayor error en su investigación.

El color base del aura no señalaba la personalidad, se trataba más bien de un límite de resistencia, así pues una persona de aura roja no era necesariamente un ser violento sino uno capaz de retener bien su coraje y alguien de aura verde no vivía atrapado por el temor, al contrario, lo soportaría con una entereza envidiable, entender eso le hizo reevaluar enteramente a su familia y lo que hasta entonces pensara sobre ellos.

-Pero cuidado-advirtió solemnemente-porque si llevas a alguien al límite de su propia resistencia nunca volverá, la locura tiene muchas forma de conducirte a la muerte.
-Pero siguiendo lo que ha dicho-dijo, tozudo-yo tengo pocas posibilidades de volverme loco.
-Dije eso, en parte, y también dije que si tu límite se rompe caerás en un abismo insalvable, tu única esperanza es dominar tus emociones, encuentra el equilibrio entre mente y corazón.

Insistió muchísimo en eso y también en que aprendiera a aceptar los reveces que la vida le diese con dignidad, porque todos eran dueños de sus actos pero nadie lo era de sí mismo y lo que se hiciera con nuestro tiempo de vida decidiría nuestro destino final, salvo los agregados budistas y la palabra “Nirvana” aquello se oía cada vez más como una de las charlas de su padre sobre el dragón.

-Y ahora, el Tulpa-le entrego un lienzo de tela roja-para conjurar a esta criatura debes engañar a tus propios sentidos.
-¿Y esta tela como me ayudara?
-¿Practicas algún arte?
-Pinto a menudo, me ayuda a desahogarme.
-Esta tela es tu lienzo ahora, imagina un ente que la usara, visualiza cada pequeño detalle, hasta la más nimia textura, hazlo real.
-No creo estar entendiendo, ¿Cómo voy a pensar que es real si lo estoy imaginando?, eso, eso no tiene sentido.
-Ya lo tendrá-concluyo.
-Oh, bueno…pero quisiera saber, ¿Qué es exactamente un Tulpa?, ¿Qué usos puede tener?
-Los que a ti se te ocurran, el Tulpa respeta a su creador y está ligado a sus pensamientos, te obedecerá ciegamente y si está bien sincronizado incluso se adelantara a tus deseos.
-El suyo tenía tentáculos, ¿Así quiso que fuera?
-Son criaturas maleables, aun si intentas ser muy preciso una vez hecho real parte de él quedara fuera de tu control, es el riesgo a pagar por fingir ser como un Dios.
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Abajo en la aldea Mu miraba la montaña con nostalgia, echando de menos a su amado, estuvo contemplando la cima hasta que el cansancio le hizo buscar donde sentarse.

-Ya, mi niña-se sobo el vientre-ya.
-¿Esta inquieta esta mañana, no?-Akuma se le acerco con una garrafa.
-Extraña a su papá.
-Te traje algo de agua.
-Gracias-de nuevo miro a la montaña-¿No había nada peligroso allá arriba, verdad?
-Solo que esos fueran monjes Chaoling, vamos, bebe un poco.

Ella rio, acepto la garrafa y confiadamente bebió un poco de agua.
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Se le enseño a meditar, a acallar sus pensamientos hasta poner la mente en blanco, a resistir el frio y el calor, pero mientras ganaba fuerza sobre su mente no le iba igual con su corazón, en los momentos más profundos dolorosas sensaciones le invadían, sentimientos que sin estar ligados a ninguna idea en particular le acuciaban hasta herirle desde el interior, su percepción se agudizaba y cada día pasado aumentaba su tención hasta que tras un mes se encontró sentado en la escalera, con el lienzo rojo sobre los hombros y planteándose dejar esa ridiculez y volver.

-Es un total absurdo-le decía a Mizu y Kasai-porque trato de imaginarlo pero como se que lo estoy imaginando es obvio que no puede ser real, no tiene lógica, jamás me funcionara.

No le gustaba eso, sentirse impotente e incapaz, no le gustaba tener que ir a ver al maestro Wu y admitir su fracaso, sobre todo porque cada vez que lo había intentado o tenido esa intención el viejo regresaba a su perorata de que su vida corría peligro, de que no estaría a salvo si no recuperaba el control, en última instancia, ¿para qué rayos quería un Tulpa?, parecía más bien un capricho ahora que estaba por asentarse y empezar una familia; pensando en ello camino hasta el borde del camino, había niebla ese día y no podía verse la aldea, eso le desanimo pero entonces noto otra cosa, una pequeña onda azul pálido, singular por el hecho de no estar envolviendo nada, subía en dirección a él, extendió su brazo y dejo que se le enroscara en el brazo, como era brillante y bien definida no se confundió con el entorno del templo.

-Que hermosa, me pregunto de donde viene.

Quizás fuera un remanente, aunque era raro que no hubiera notado hasta entonces que las auras dejaban uno, quizás fuera un pedazo de la energía general en el templo, ¿pero de qué manera había logrado dividirse?, como fuera le gustaba, le recordaba a Mu y eso le daba tranquilidad, le llenaba con una sensación de esperanza y nuevos bríos.

-¡Maestro Wu!-venía a decirle que se rendía pero en su lugar dijo-quiero intentarlo una vez más.

La onda azul seguía gravitando por su mano, Kouro coloco la tela frente a sus pies, respiro profundo y siguiendo paso a paso las indicaciones se concentro completamente en ella, intentando por todos los medio no pensar en nada más que la construcción en su mente, forzándose a plasmar sin pinceles algo que jurase se podía tocar, raramente aguantaba más de unas horas en eso, la impaciencia le ganaba, pero esta vez mientras lo hacia la onda le envolvió y le dio la serenidad para olvidarse del tiempo, para enfocar sus ideas, si al menos por un segundo se hubiera fijado en el maestro Wu quizás habría notado que de sus ojos brotaban lagrimas.

No paso un día ni dos, pasaron cuadro y Kouro seguía donde estaba, al límite de sus fuerzas y sin lograr un resultado, se diría que ya ni siquiera estaba consciente de lo que hacía, los monjes le vigilaban preocupados y entonces el lienzo salto, cobro vida propia, se elevo, giro sobre sí mismo y se entallo en la cintura de una criatura sin rostro salida prácticamente de la nada, el nuevo Tulpa adelanto un brazo hacia su maestro y le dio un golpecito en la frente, únicamente para hacerle reaccionar.

-¿Lo…logre?

Apenas y pudo articular esas palabras antes de desmayarse, completamente exhausto, el maestro Wu y los monjes le rodearon para asegurarse de que estuviera bien, el Tulpa solo se aparto y espero, dejando que Mizu y Kasai curiosearan cerca de él.

-Se pondrá bien-dictamino el maestro-llévenlo donde pueda descansar.
-Es increíble que lo consiguiera en un mes, maestro-dijo un monje-alcanzar este nivel de control toma años, a veces toda una vida, ¿Qué clase de ser es?
-Lo que importa no es lo que es sino lo que hará, es por eso que debemos retenerle aquí hasta que sepa controlarse, de lo contrario…
-De lo contrario me servirá a mi-dijo un voz que le helo el alma-y a mi padre no le gustaría eso, ¿no es así?

Wu se levanto en el acto y le encaro, Akuma estaba cómodamente recostado contra un pedestal, con una bola de fuego en la mano, sonriendo con maldad, el anciano monje podía ver su aura y bajo esta una oscura presencia, más terrorífica, maligna y despiadada que cualquier cosa sobre la faz de la tierra; si Kouro hubiera estado consciente lo que ocurrió a continuación el hubiera dejado impactado, el maestro hizo un movimiento de mano y todos los monjes se desvanecieron como si fuesen fantasmas, el tiempo pareció detenerse y el propio maestro se transformo en una persona diferente, un joven de largo cabello plateado, con armadura y ropas negras, portaba en su espalda una hoz de terrible tamaño y en la mirada los signos de una trágica soledad.

-Muy bien, lo admito-rio Akuma, sorprendido aunque de buen humor-ese es un truco excelente y vaya que te luciste con tu disfraz, yo hubiera jurado que eras Uriel.
-Ya lo hiciste, ¿no es verdad?-miraba la onda en la mano del Uni-no sé como tuviste el valor de…una madre y su pequeña…pensaba que eso lo podrías respetar…
-Por favor no trates de hacerme sentir culpable, Azrael, ¿tú crees que me gusto?, claro que no pero tenía que hacerse y ahora él debe saber-trato de acercarse pero el otro le detuvo y apuntándole con su hoz lo obligo a retroceder-vamos, ¿desde cuándo te asignan estas misiones a ti?, no debería importarte.
-Me importa cuando pone tanto en juego, ¿no ves lo que pasara si continuas?, recuerda las palabras de nuestro Padre, recuerda el horror, el desastre, la destrucción…
-De todo cuanto pudiera existir-concluyo-¿Y tú te crees semejante payasada?, Él solo quiere fastidiarme, no soporta cuando le muestro lo que puedo hacer, en todo caso, si de verdad creyeras, ¿Por qué no lo matas?, en este punto casi sería un acto de piedad.
-Lo tengo prohibido, es por eso que me enfoque en enseñarle a controlar su corazón.
-¿Ves lo ridículo que es?-hizo otro avance y esta vez Azrael le dejo continuar-si fuera cierto, si verdaderamente esta criatura, este Uni, fuera la amenaza que Padre profetizo, ¿Por qué le permite vivir?, ¿Por qué deja que le destruyamos la vida así?
-Sus decisiones no se cuestionan.
-Eso lo sé pero es divertido que no puede responder, te deja con la falsa seguridad de que es un imbécil que no sabe lo que hace, pero basta de hablar-le miro-nos conocemos, Azrael, no voy a pelear contigo y tu no vas a pelear contigo, ya perdiste asique hasta a un lado y déjalo ser, cumplirá con su destino lo quieras o no.
-Te lo suplico, reflexiona, tu orgullo no puede ser tal que te expongas tu mismo al peligro.

Entonces Akuma se rio, se burlo vilmente en su cara y le obligo a hacerse a un lado, con fuerza insospechada levanto a Kouro, lo cargo sobre su hombro y se marcho sin que nadie se atreviera a detenerle, Mizu, Kasai y el Tulpa le siguieron porque llevaba a su Amo.

-¡Lucifer!-grito Azrael-¡Ya lo hiciste pero aun puedes detenerlo!, ¡salva su alma y salvaras al universo!
-¡Por favor, Azrael!-ya estaba al final del patio-¿Aun no lo entiendes?, ¡Esto es Asia, ni tu ni yo, tenemos cabida aquí!

Se dio la vuelta y lanzo tal ataque de fuego sobre el templo que toda la entrada se destruyo, Azrael tuvo que huir no sin antes dejar en el aire unas últimas palabras, el recordatorio de una profecía hecha por el padre de ambos, ni más ni menos que el mismísimo Dragón.

“Privado de su razón, buscando la paz, el más poderoso, el Único, traerá consigo la aniquilación y la destrucción total”

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Mientras tanto, Kouro flotaba, más allá de la realidad consciente se sentía levitando en medio de una suave claridad, imagines y sonidos difusos poblaban su mente, recuerdos, sensaciones, voces del pasado, presagios del futuro…

Vio entonces un reino floreciente, vio a cientos de Uni postrados a sus pies, alabándole como Rey de su raza, vio a su propio hermano subyugado a sus órdenes, se vio poderoso, temido, invencible, como si presenciase una comedia vio sombras de gente y lugares aun por conocer, se creyó ver liberando de las profundidades de la tierra a un dragón negro, tan oscuro que hacía a la noche brillar, y de los cielos surgía un dragón blanco que le enfrentaba, opuestos absolutos cuya batalla solo podía ser concluida con la aniquilación total.
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Cuando despertó no sabía dónde estaba, definitivamente no era el templo, parecía una humilde casucha, sin levantarse exploro el lugar con la mirada, hay estaba su tulpa, sentado con las piernas cruzadas en un rincón, levanto su mano para ver que aún conservaba a la onda azul y sonrió para sí, al final lo había logrado.

-Kouro-Akuma entro en ese momento, paso y se apresuro a cerrar la puerta-no te levantes.
-¿Qué haces aquí arriba?
-No estamos arriba, hace unos días ese tipo de allá-señalo al Tulpa-te trajo, estamos en la aldea, pensé que te perdíamos.
-Mu debe estar muy preocupada, mejor voy a verla.

Trato de incorporarse pero Akuma le retuvo, solo entonces se fijo que tenía el aura gris de quien carga una gran pena.

-Kouro, escúchame…
-¿Qué sucede?
-Tienes que ser fuerte-su seriedad le asusto-soy tu amigo y aquí voy a estar pero tú debes resistir.
-¿De qué estás hablando?-trato de levantarse y le agarraron por los hombros, un funesto presentimiento le invadió-¿Dónde está Mu?
-Escucha…hubo un problema.
-¿Qué problema?, ¡Dilo!
-Hubo un problema-repitió, era increíble la fuerza con que le retenía-el parto se le adelanto, a veces pasa, la niña venia mal y ya sabes lo frágil que Mu…
-¿Qué…que es lo que estas diciéndome?
-Kouro, ellas…-parecía incapaz de mirarlo-ellas no lo lograron…Mu-Kanshin y tu hija…ambas murieron…

Fue como si el tronco de la campana del templo le hubiese golpeado, el impacto hizo que las palabras perdieran todo sentido y no supo cuando Akuma le libero, como en un sueño salió de la habitación, como en un sueño dejo que su instinto le guiara a otra recamara ocupada únicamente por lo que cubriera una sábana blanca, como en un sueño se arrodillo frente a esta, sus manos temblorosas retiraron la sabana rebelando el rostro blanco como la nieve de Mu, no tan diferente en la muerte como lo fue en vida, incluso parecía dormida, la sabana bajo un poco más al detectar un bulto a su lado, un diminuto cuerpo blanco envuelto en tela azul, la manita de su hija asomaba con la palma abierta y suavemente la rozo con un dedo, la burbuja se rompió.

Akuma, adivinando lo que se venía, salió de la casa antes de que empezaran los gritos y ya había puesto distancia cuando el lugar entero salto en llamas.

-¡Círculos!-exclamo-bueno, no fue tan aterrador como…un momento…

Hablo muy pronto, un insólito viento llenaba el aire y de pronto el ambiente se lleno de alaridos, al mirar a su alrededor vio como una misteriosa fuerza arrancaba parte de las auras de las personas y estas enloquecían, además todas las fuerzas robadas se dirigían a la casa incendiada, esta se hizo pedazos mientras dejaba salir a Kouro, convertido en un gigante cuya fuerza mágica hacía temblar la tierra, Akuma jamás había sentido un poder así, le fue imposible contener una carcajada.

-¡Eso es, déjalo salir!, ¡Que todos conozcan tu verdadero ser!

Aquel fue el último día para aquella pequeña aldea, Akuma cogió el carromato y se alejo hacia el sendero de salida para tener una mejor vista de la destrucción, era realmente impresionante, el gigante ni siquiera tenía que moverse porque las fuerzas desatadas a su alrededor lo hacían todo por él, las personas enloquecidas se destrozaban unas a otras, caía la noche cuando vio a Kouro desaparecer, minutos después el Tulpa apareció llevándolo sobre su espalda, inconsciente al parecer.

-¿Otra vez?, si sigue gastándose así va a matarse-Mizu y Kasai, cada cual en una cesta del carromato, lo miraron-a ver, seamos buenos un rato, tu-se dirigió al Tulpa-como pareces estar de nuestro lado quiero que lo metas dentro, allí podrá descansar.

El Tulpa obedeció, dejo a Kouro en la cama del carromato y se subió al techo, Akuma entonces chasco las riendas e hizo a los caballos andar, alejándose de aquel lugar, caían estrellas fugaces, la misma señal que anunciara la venida de aquel Uni, de aquel demonio único cuyo destino era tan mortal, Akuma se rio de ello aunque, se tenía que admitir, no lo hizo con el mismo valor.

-Mi amigo, puede que estés destinado a destruir el universo pero hasta que ese día llegue tienes aun muchísimo mal que hacer.
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